Tras muerte del puma, insisten con más y severos controles en rutas

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El reclamo no es nuevo, pero tomó más fuerza dado que los choques son continuos. La Red Yaguareté propone un control de velocidad por tramos en el corredor verde

La muerte de un puma macho de 50 kilos la semana pasada dentro del Parque Nacional Iguazú, por parte de un automovilista que se dio a la fuga, reavivó el pedido por más y mejores controles para frenar estos atropellamientos que dejan hasta 5.000 animales silvestres muertos por año en Misiones.

El reclamo no es nuevo, pero tomó más fuerza dado que los choques son continuos y no sólo mueren felinos como yaguaretés, ocelotes y pumas, sino también especies que son alimento de éstos, como tapires, coatíes o acutíes.

En esa línea, Nicolás Lodeiro Ocampo, director de la Red Yaguareté, explicó que presentaron hace varios años ante autoridades provinciales y nacionales la idea de colocar un sistema de control de velocidad en tramo en el Parque Península y en el Parque Nacional Iguazú que mida el tiempo de paso entre dos portales extremos separados por una determinada distancia, y de manera indirecta la velocidad media, como cociente entre la distancia y el tiempo.

“El sistema que proponemos es un portal en cada extremo, entonces, cuando estás yendo desde Puerto Iguazú a Posadas, por ejemplo, ingresás y automáticamente el sistema registra la patente y la hora y cuando salís por el otro extremo pasa lo mismo y así se mide la hora de ingreso y egreso, se toma el cálculo y con eso se puede saber la velocidad y si violás la máxima promedio de 60 kilómetros por hora”, contó sobre la iniciativa, que si bien tuvo el visto bueno del Ministerio de Ambiente de la Nación, nunca prosperó ni obtuvo financiamiento, pese a, según palabras de Lodeiro Ocampo, ser menos costosa que un pasafaunas.

“Esto funcionaría todo el día y sin intervención humana. Lo mismo se propuso para la ruta 19 en un sector donde no hay caminos para que la gente se salga del sistema y para nosotros es la mejor medida para reducir la velocidad, porque no necesitás de presencia humana con un radar de mano”, agregó.

Luego afirmó que se inclinaron por este sistema, que se usa en grandes capitales del mundo, porque es lo más viable. Al respecto, contó que los felinos como el yaguareté o puma no usan los pasafaunas, como el que se construyó en el corredor de biodiversidad Urugua-í-Foerster, de la ruta nacional 101.

“En la provincia existen en distintos lugares pasos de fauna por debajo de la ruta e incluso está el ecoducto por sobre la ruta. Se pusieron bastones y cartelería sobre velocidad máxima, se pusieron radares móviles, hay un radar fijo en el acceso a Cataratas y sin embargo las velocidades no bajan y los atropellamientos continúan”, dijo y aclaró que esto se da porque: “Está demostrado científicamente que ni pumas ni yaguaretés usan los pasos de fauna, sí los usa fauna menor como herbívoros”.

Para colocar estos dispositivos tecnológicos que Lodeiro Ocampo planteó se eligió el Parque Provincial Puerto Península -atravesado por la ruta 12- porque “es donde comienza el corredor verde y desde ahí hasta el cruce con la ruta 101 no tenés ningún camino para desviar, así que vas derecho por ese tramo y después desde el cruce hasta la ciudad de Puerto Iguazú pasa lo mismo. Lo que planteamos es colocar una especie de portal en cada extremo, funciona en otros lugares del mundo y cuando circulás, el sistema te lee la patente y detecta los autos”. El otro dispositivo estaría también sobre la ruta 12, pero ya dentro del Parque Nacional Iguazú.

“Nosotros, y es de público conocimiento, hicimos mediciones propias con radares en la ruta 12 en el Parque Península y siempre el 97% de los vehículos circula violando la velocidad máxima permitida que es de 60 kilómetros por hora”, dijo y sostuvo que todo esto debe ir acompañado de multas, porque son el método más efectivo para frenar la problemática.

Un animal silvestre más
Por su lado, Lucía Lazzari, coordinadora de paisajes terrestres de la Fundación Vida Silvestre Argentina, sostuvo tras la muerte del puma que “lo que ocurrió representa un daño importante al ambiente, un animal silvestre más que se suma a yaguaretés, tapires, venados, osos meleros, y muchísimos más que son víctimas de una problemática que depende del respeto de las personas a las normas de tránsito. La responsabilidad es compartida y todos tenemos que ponerle un freno a esto”.

“En los últimos años, los atropellamientos de animales silvestres toman notoriedad como una amenaza importante para la fauna de nuestro país”, aseguró Lazzari.

Además, indicó que “a pesar de las señalizaciones, el número del análisis que realizamos podría estar subestimado, ya que hay pocos registros de algunos grupos como anfibios, que son muy impactados, pero no son reportados”.

“A pesar de que las rutas conectan a las personas, de manera completamente opuesta pueden dividir la selva y la fauna que la habita. A ello se lo llama fragmentación de hábitat, y sucede cuando un ambiente natural es transformado de manera tal que queda dividido en fragmentos o ‘parches’ aislados entre sí. Es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad y puede conducir a algunas especies a la extinción”, finalizó Lazzari.

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