“Se manejan con mucha impunidad porque tienen contactos con la Policía”

GENERAL

Patricia Weiss denunció que un tío, un primo y dos policías irrumpieron en su casa sin orden judicial y golpearon a su hijo de 16 años. Ayer le activaron el botón antipánico.

Temor, angustia, impotencia. Sentimientos que embargan a Patricia Weiss, quien entre el lunes y ayer radicó tres denuncias contra dos familiares que habrían irrumpido en su domicilio y agredido a su hijo de 16 años, en complicidad con efectivos de la Unidad Regional II que ingresaron a su propiedad sin orden judicial.

Además, la mujer aseguró que las mismas personas habrían encerrado y golpeado a un joven al que acusaron por el robo de herramientas, hecho que ella misma alertó a la Policía.  

Aseguró que luego los implicados amenazaron a su familia y manifestaron que tienen contactos y son “intocables”.

En ese contexto, en la víspera el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá le activó el botón antipánico como medida de seguridad para Weiss y su familia. 

“Estamos con mucho temor porque estas personas tienen un muy buen pasar económico, influencias y se manejan con mucha impunidad porque tienen contactos con la Policía. Para colmo somos familiares, uno es mi tío y el otro es mi primo, por eso sé cómo se manejan”, precisó. 

Tal como dejó constancia en las sucesivas denuncias, la mujer y su familia residen sobre calle Río Cuarto, en una propiedad lindera a un depósito de Alberto y Javier K., los supuestos agresores.   

En su mismo terreno reside un sobrino de 21 años al cual los citados acusaron de robo, en presunta complicidad con el hijo de 16 años de Weiss, quien negó rotundamente los cargos.

“Mi hijo es un chico sano, estudia y no tiene ningún tipo de antecedentes. Y si mi sobrino hizo algo deben investigar la Policía y la justicia. No existe eso de la justicia por mano propia”, subrayó.  

Golpes al menor 

En diálogo, Weiss mencionó que nunca había tenido mayores problemas con sus familiares, hasta que el lunes irrumpieron en su domicilio. 

“El domingo visitamos a unos amigos en Santa Ana y volvimos de madrugada, entonces el lunes dormimos un poco más. A eso de las 10, mi hijo de 16 años escuchó que golpeaban una ventana y salió a ver. Eran mi tío Alberto K. y mi primo Javier K. con cinco empleados y dos policías en moto. Le pidieron a mi hijo para ir al fondo, hasta la casa donde vive mi sobrino”, relató. 

Y agregó: “Mi hijo les dijo que sí, que no había problemas, pero por el camino Javier K. lo golpeó en la cabeza y un empleado lo levantó de atrás para que entre por la ventana a la casa a mi sobrino. Mi hijo no entendía nada. Resulta que querían ver si había cosas robadas en la casa, pero no había nada”. 

Siempre según el testimonio de la denunciante, en ese lapso se levantó y al salir afuera se encontró con sus familiares, los empleados y los policías dentro de su propiedad. Enseguida se acercó su hijo y le contó que lo habían agredido. 

“No entendía nada, menos que entren a mi domicilio y golpeen a mi hijo que es menor. Ahí me dijeron que buscaban unas cosas robadas, que sospechaban de mi sobrino y mi hijo. Un policía de apellido Kallus me dijo que si me allanaban me iban a romper toda la casa, por eso convenía que entren a revisar por las buenas. O sea que no tenían orden judicial; pero igual les dejé que entren porque no tenía nada que esconder”, explicó.  

Por dicho procedimiento, a su entender irregular, y la agresión a su hijo radicó una denuncia en la Seccional Tercera.  

“Estamos en peligro”

Ya el martes, según consta en una segunda denuncia, Alberto K. y Javier K. hostigaron a su familia, por lo que se comunicó directamente con el fiscal de Instrucción Uno, Elías Bys, quien en la contuvo y asesoró. 

Asimismo, comentó que ese día a la tarde escuchó gritos provenientes del depósito de sus familiares, por lo que llamó al 911 y en pocos minutos arribó una patrulla. 

“Se escuchaban los gritos y la voz de Javier K. que decía agarrale, agarrale. Había sido que entre varios le agarraron a mi sobrino, le llevaron al depósito y le pegaron para que diga dónde estaban las cosas que supuestamente robó. Una locura”, manifestó Weiss. 

Ayer, en tanto, cuando se presentó ante el Juzgado de Instrucción Uno por el trámite del botón antipánico tuvo la posibilidad de charlar con su sobrino, Nahuel W. (21), quien fue trasladado a la sede judicial desde la Seccional Tercera, donde se halla alojado. 

Al respecto, alertó que “está muy golpeado, a mi marido y a mí nos contó que lo ataron y lo golpearon entre varios. Para colmo, nos dijo que en el juzgado no le quisieron tomar la denuncia por lo que le hicieron. Eso es llamativo”. 

En tanto, desde la UR II informaron que los propietarios del taller argumentaron que hallaron infraganti a Nahuel W., tras lo cual llamaron a la Policía, lo que fue desestimado por Weiss, quien insistió: “Yo llamó al 911 por los gritos que se escuchaban”. 

En cambio, lo que sí indica la información oficial es “que los dueños tenían reducido al sospechoso”. 

Por su parte, Weiss remarcó que “es impresionante la impunidad con se maneja esta gente que entra a casas ajenas, golpea a un menor en complicidad con la Policía, encierran y torturan a otra persona y nadie hace nada. Así no tenemos seguridad de nada, estamos en peligro”.

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