La influencer y abogada posadeña Jesica Noel debió ser operada y casi pierde un pie tras ser picada por una raya

GENERAL

Una tarde de disfrute en la costa del Río Paraná se convirtió en un horror para la abogada e influencer posadeña Jesica Noel Díaz Milano tras ser picada por una raya en uno de sus pies. Debió ser operada ya que la piel presentaba necrosis. 

Jesica Noel comentó que el ataque de la raya ocurrió cuando ella se encontraba en una zona poco profunda del río Paraná en la Isla del Medio. 

Dijo que el dolor que sintió se asemeja a “miles de agujas al rojo vivo entrando simultáneamente” y agregó que “nunca creí poder tolerar un dolor tan intenso”. 

“No había calmante que me aliviara”, relató. “Me quedó negra una parte del pie y tuve que ser internada durante 8 días con una cirugía de Toilette en la zona y medicación” , narró la joven que ahora se recupera de la lesión desde su domicilio y busca prevenir a quienes frecuentan la costa el Paraná.

“Me estoy recuperando gracias a la atención de los médicos del hospital Madariaga. recomiendo cuidados cuando se disfrute del río en esta temporada. Por favor cuiden a los niños. Realmente es un dolor inaguantable”, finalizó su relato Jésica.

El aguijón de las rayas está cubierto de un potente veneno; es muy afilado y dentado, como si de una daga se tratara. Sin embargo, el animal no lo usa para atacar, sino que lo clava como una acción reflejo.

En el caso de los seres humanos el veneno no llega a ser mortal, sin embargo dicha premisa no siempre se cumple y, tal vez el caso más conocido sea el de Steve Irwin «el cazador de cocodrilos», quien murió al ser picado por un pez raya en el corazón mientras filmaba un documental para su hija Bindy bajo el mar en Queensland, Australia.

Un ataque similar al de Jesica Noel en el Brete

Un soldado voluntario del ejercito fue víctima de una raya en el Brete. El hecho sucedió ayer e interrumpió la serie de ejercicios que un pelotón de esa fuerza armada realizaba en el balneario posadeño. El joven fue trasladado inmediatamente al Madariaga, donde permaneció internado varias horas.

La novedad se registró ayer cuando un grupo de integrantes del Ejército y pertenecientes a la Brigada de Monte XII, se entrenaban en la arena y la orilla del Paraná, en El Brete.

Uno de los soldados voluntarios que allí estaba pisó al pez, que se defendió con la púa que tiene en la cola, causándole una dolorosa herida.

Salió del agua y recibió los primeros auxilios en la misma playa. Minutos después fue trasladado con un móvil del Ejército que estaba en el lugar, hasta el Hospital Escuela Ramón Madariaga.

Allí la realizaron las curaciones y permaneció internado varias horas en la zona de Hospital de Día. Posteriormente le dieron el alta y se retiró a su domicilio.

Rayas en los ríos y arroyos misioneros

Aunque se la ve muy poco, ya que es huidiza, la raya es un pez presente en los ríos paraná, Uruguay e Iguazú y en los grandes arroyos de Misiones, como en la mayor parte de los cauces de agua dulce de Sudamérica.

En esta zona del continente hay 32 especies de raya, de las cuales al menos tres nadan en nuestras aguas.

Las rayas de agua dulce son peces únicos en los ríos, ya que son de los pocos que pueden lastimar a las personas -en realidad no atacan, sino que se defienden-, tienen primos que son de agua salada y también son parientes de los tiburones. En nuestras aguas, son los únicos que no tienen huesos ni espinas, ya que su “esqueleto” es cartilaginoso.

Su tamaño también puede llegar a ser impresionante, de hasta un metro y medio de ancho y puede alcanzar más de 200 kilos de peso.

La raya de río (Potamotrygon) es un género de peces Neotropicales de agua dulce de la familia Potamotrygonidae (orden Myliobatiformes). Viven en todos los países de Sudamérica, menos en Chile. Son nativas del norte, centro, y este de América del Sur, viviendo en ríos que drenan hacia el mar Caribe, y hacia el océano Atlántico, llegando por el sur hasta el Río de la Plata en Argentina y Uruguay.

En general cada especie es nativa de cuencas fluviales individuales. La mayor diversidad de especies de rayas de río se encuentra en la cuenca amazónica, aunque se ha constatado una fuerte presencia de este pez en el río Paraná.

Tiene el cuerpo redondeado, de forma prácticamente circular. La cola de la raya de río es corta, fuerte y robusta, con pliegues dorsales y ventrales. En el lomo tiene pequeñas manchas anaranjadas que alternan con manchas blancas y negras más grandes. La coloración puede variar dependiendo del color del fondo y el tipo de hábitat.

Es ovípara. Se reproduce durante todo el año, aunque quizás con un máximo de nacimientos durante la estación de lluvias. Vive en áreas inundables periféricas, bancos de arena y lagunas. Es de régimen carnívoro y se alimenta principalmente de crustáceos y también de insectos acuáticos y peces.

La cola de la raya

Aunque se la puede catalogar de no agresiva, la raya utiliza su cola como un látigo, con el aguijón en la punta, para defenderse de otros animales. Hay casos de personas que resultaron heridas por el aguijón luego de pisar uno de estos peces, que suelen camuflarse en la arena o el barro.

En general, los ataques defensivos a personas se producen cuando la gente ingresa al río, ya que la raya habita aguas poco profundas de fondo barroso o arenoso, y al estar semi enterradas u ocultas en la turbiedad del agua, el bañista la pisa y la raya responde inmediatamente clavando su púa en la parte baja de la pierna.

Lo que popularmente se conoce como la “chuza” tiene, además de filo, algo similar a una punta de flecha aserrada que al salir de la carne, la desgarra. Eso, sumado a un tóxico -no mortal- que segrega la púa, genera intensos dolores cuando se es herido, y puede determinar hinchazón y hasta una infección, de no tratarse rápidamente.

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